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Elena Sanz. In memoriam.

Entre los socios de Mensa España se entablan relaciones que con frecuencia van más allá de gustos y capacidades. Surgen relaciones humanas, imprevisibles e imperfectas, apasionantes y a veces explosivas, aparte de nuestro supuesto denominador común: un potente intelecto. Relaciones que jalonan nuestro recorrido vital, para bien o para mal pero que, al fin y al cabo, es el nuestro, personal e irrepetible. Como en cualquier club social —y Mensa es uno de ellos— el factor humano adquiere dimensiones inconmensurables cuando hablamos de amistad, de sentimientos, de amor; en el fondo, esencia y base existencial de nuestro ser.

Pero después de un tiempo en la asociación, a cualquier asociado le llega la hora de afrontar momentos difíciles. Y uno de ellos es la desaparición de consocios por defunción, algo a lo que nunca nos acostumbraremos del todo pese a ser ley de vida, inevitable en cualquier ámbito e imposible de rehuir.

En cada actividad presencial las despedidas suelen ser sentidas y queridas, a medida que el contacto entre socios da paso a relaciones de amistad —y, en ocasiones, algo más. El contacto a través de redes sociales les ha quitado trascendencia, y en todo caso siempre nos queda el próximo encuentro; no es así cuando la despedida es definitiva, cuando en la lejanía sabes que la otra persona no volverá y ni siquiera has tenido la oportunidad de cruzar unas últimas palabras. En fin, cómo afrontar un adiós para siempre.

Aunque no sea la primera vez que un consocio desaparece siempre faltan las palabras adecuadas, obnubiladas por los punzantes sentimientos que sobrepasan cualquier argumento y razón, y la tristeza de la separación definitiva adquiere tintes de aflicción cuando alguien como Elena deja su ultimo suspiro en esta vida y pasa a vivir en le recuerdo personal de cada uno, en la memoria de los que la hemos conocido.

Elena entró en Mensa hará unos 17 años. Sus primer contacto con Mensa España fue a través del canal #mensa del chat IRC Hispano (su nick era Elsa, en alusión a la leona del filme “Nacida libre”) cuando aún no era socia. Se sentía a gusto y ello la llevó a pasar el test de acceso, como tantos otros hicimos entonces. Aún recordamos algunos cuando anunció en el chat que había pasado el test e ingresaba en la asociación. Fue el inicio de una larga travesía en la asociación, que para muchos se trocó en convivencia, afecto y amistad hasta el último día.

Más adelante dio el paso de presentarse a presidenta. Lo fue durante tres años (2013-2016), sucediendo a quien fuera la primera mujer en presidirla, Mila Espido. Cumplido un ciclo vital sus ocupaciones la llevaron por otros derroteros, especialmente colaborando con Wikimedia, y sus apariciones en Mensa España se espaciaron. Pero como socia de a pie nunca dejó de asistir a todos los eventos de la asociación allá donde se terciase. Apasionada viajera, recorrió medio mundo y nos sorprendía con su presencia allá donde fuese menester. A más de uno nos sorprendía su energía, decisión y capacidad para encontrar tiempo donde aparentemente no lo había, pero pocas cosas se le resistían cuando Elena se lo proponía.

Últimamente había pasado por sinsabores familiares de consideración. Poco después, sin buscarlo y por fatalidades del destino, ha sido ella quien ha emprendido el viaje sin retorno. El azar de la vida, una burbuja que en cualquier momento puede estallar y que ninguna ciencia, filosofía ni intelecto podrá preservar de su auténtica esencia: la brevedad y la finitud.

La despedida de Elena no puede verse sino como el punto y seguido a la entrañable presencia de una persona irrepetible, con sus virtudes y defectos, como tantas otras personas que nos modelan y nos hacen crecer con sus experiencias de vida. Su recuerdo seguirá vivo en la asociación como el de alguien que fue mucho más que altas capacidades, erudición, razón o sapiencia. El trasfondo de autenticidad que emanaba no lo proporciona ni la mente más prodigiosa ni el premio más deslumbrante. Irradiaba vitalidad y entusiasmo en cada una de sus intervenciones, nunca entraba al trapo ni discutía estérilmente, se equivocaba como el que más y rectificaba como pocos; sin aspavientos, sin rencores. Fue, simplemente, una persona tocada por la varita de las altas capacidades que tanto nos identifican sin condicionar lo básico: ser persona, ser buena amiga, imperfecta y esencial, ser ella. Ser Elena.

Lejos del ruido de las redes sociales, más allá de la actualidad cotidiana y de los vaivenes diarios de nuestra asociación, nos es difícil detenernos en el camino y observar lo esencial: que todos somos iguales ante la vida y ante la muerte. Un momento que solo se da cuando uno de nuestros compañeros de viaje deja este mundo y cuyo vacío nos revela lo que realmente importa: la breve y preciada existencia, que damos por hecha hasta que el amado compañero, a nuestro lado, deja su sitio sin avisar, cualquier día. En un suspiro. Como un soplo, vino y se fue.

Para esta difícil despedida nunca habrá suficientes palabras que definan lo bueno que la presencia de Elena nos ha legado a todos los que la hemos podido conocer. No las hay. En cierto sentido esta asociación queda huérfana, pero nunca tanto como para todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerla más allá del trajín asociativo cotidiano. La perdimos a ella, pero nos queda el recuerdo y las enseñanzas de una vida tan imperfecta y ejemplar, como todas. El intelecto es una cosa más, y está bien. Pero ningún tratado podrá glosar el paso de una vida en este minúsculo planeta y en este puntual momento. Solo el recuerdo de quienes la evocamos dibujará con perfección la persona que fue, la amiga que nos falta y la magia que nos lega.

 

«Nada, nada morirá jamás.

La corriente sigue su curso, el viento sopla,

la nube vuela ligera, el corazón palpita…

Nada morirá.»

 

Born free, live free. Adiós, presidenta. Adiós, Elsa.

 

Manuel García

Socio E-01029

Mensa España

Javier González Recuenco, nuevo presidente de Mensa España

Tras un periodo de elecciones internas en el que hemos contado con el mayor número de personas que se presentaban a la Junta de Mensa Espña y el recuento de votos, según como dictan nuestras normas de elecciones, las ocho personas que más votos acumulan, se reunen y deciden por votación los cargos de todos. Esta reunión ha tenido que ser por videoconferencia. Tras esto, ya podemos decir oficialmente que tenemos un nuevo presidente. Javier González Recuenco, que tras su nombramiento nos ha querido comunicar lo siguiente:

Saludos a todos.

Si hace un año me hubieran dicho que íbamos a estar confinados en casa por una Pandemia y que iba a estar escribiendo este texto, posiblemente hubiera sospechado de la ingesta de productos alteradores de la realidad por parte de mi interlocutor.

Pero las circunstancias son las que son, y hay que vivir con ellas.

En circunstancias normales, en esta entrada de blog vendría una foto amable del nuevo y antiguo presidente, dándose la mano de manera afable y deseándose suerte en el desempeño. En circunstancias normales os diría que soy un Ingeniero Informático que pasó también por Administración de Empresas, y que no solo sobrevivió a la esquizofrenia, sino que terminó siendo empresario y académico en un montón de instituciones (IE, ESIC, UNIR, ICEMD, INESDI…) donde imparto clases en cosas tan marcianas como Inteligencia Artificial. Big Data, Esports, Innovación o Resolución de Problemas complejos.

Javier González Recuenco. Foto de Victoria Subirana.

En circunstancias normales añadiría trivialidades que humanizaran el perfil profesional, como que rasco la guitarra (All hail the mighty Pelafustanes), que solo tengo dos posiciones al tocar: Heavy y Más Heavy, que estoy casado y tengo tres hijas, que soy muy del Real Madrid para compensar la larga tradición de presidentes culés que hemos tenido, y que leo entre cincuenta y cien libros al año, ninguno de ficción, salvo los cómics que están fuera de la regla porque el balón es mío y me lo llevo cuando quiero.

Pero no estamos en circunstancias normales.

Así que sencillamente, me limitaré a deciros que vamos a intentar asumir la responsabilidad en este escenario sin precedentes, vamos a sacudir bien las alfombras, y vamos a intentar sacar el coche del barro. Nunca se ha dado esta situación previamente, nunca hemos tenido una junta mixta procedente de dos candidaturas, nunca ha habido que hacer cosas desagradables como las que nos toca hacer ahora.

En mis clases de problemas complejos, enseño a la gente que si te preparas para el futuro viendo lo que ocurrió en el pasado, cuando ocurra lo que no suele ocurrir, no estarás preparado. 

Deseadnos suerte.

Y larga y próspera vida a la asociación. 

Nuevo carnet de Mensa España para 2020

Haciendo uso de un amplio abanico de técnicas y formas de expresión que abarcan desde la viñeta periodística a la narrativa, pasando por la pintura o el cómic y tocando la docencia, Álvaro Peña busca comunicarse y transmitir emociones a quienes contemplan su obra.

Una parte de ellas ha quedado unida a la historia de Mensa a través del documento más representativo de la asociación: nuestro carnet anual. Negro y ocre oscuro sobre blanco, con una pincelada de un naranja dinámico, se entremezclan y juegan con una única letra.

Una apuesta fresca para un carnet que no ha dejado a ningún socio indiferente.

Y aquí os dejamos la obra completa.

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